La gestión fiscal implica la correcta planificación de las obligaciones fiscales de la empresa. El objetivo no es sólo minimizar su coste, sino lograr su adecuada gestión en el tiempo y prever las repercusiones que pudieran derivarse a trabajadores, directivos, colaboradores, profesionales, administradores, y socios. Asimismo, incluye todos los trámites ante la administración tributaria o los tribunales económico-administrativos.