El derecho mercantil nos permite adaptar la estructura jurídica de la empresa a los cambios y necesidades que se vayan produciendo desde su constitución, tanto en épocas de crecimiento, como en épocas de recesión. Asimismo, nos dota de herramientas para gestionar los cambios estructurales y regula el marco normativo de funcionamiento diario de las sociedades. El carácter obligatorio de su cumplimiento repercutirá en la posible derivación de responsabilidades a los administradores.