La situación de crisis de una empresa no solo afecta a la propia empresa sino que repercute en el entorno de propietarios, directivos y empleados. Es necesario identificar claramente el problema, hacer un diagnóstico preciso y tomar las medidas necesarias para gestionar el cambio en un momento difícil en el que el tiempo apremia. Es imprescindible tener una visión y un asesoramiento externo de un profesional cualificado, de confianza y con experiencia. El objetivo principal en situaciones de crisis, no es solo intentar salvar la empresa, sino minimizar el impacto negativo que tiene para muchas familias.