El Real Decreto-Ley 3/2016 de 2 de Diciembre aprobó los coeficientes de actualización de los valores catastrales de 2017. Este incremento de valor tiene implicaciones fiscales en diferentes tributos.
La aplicación de los coeficientes de actualización de los valores catastrales de los inmuebles la piden previamente los ayuntamientos para aproximar los datos del catastro a los valores reales de mercado de los inmuebles. En el caso del IBI (Impuesto sobre Bienes Inmuebles), el valor catastral es fundamental para determinar la cantidad a pagar por este tributo, ya que grava la propiedad y el usufructo de inmuebles. De hecho, representa un porcentaje muy alto de los ingresos de los ayuntamientos.
En cuanto al IRPF, se deberá hacer una imputación de rentas por los inmuebles que no constituyen la vivienda habitual y que tampoco están alquilados, que será del 2% del valor catastral o del 1,1% para los que hayan sido revisados en el período impositivo en cuestión o en los 10 años anteriores.